miércoles, 22 de febrero de 2012

Opinión: Peligrosas acusaciones

Opinión: elPeriódico, 21 de febrero de 2012
Peligrosas acusaciones
Miguel Ángel Albizures
En El Regadío, Quiché, quedó claro al servicio de quién están las autoridades de Gobernación y lo que están dispuestas a hacer para impedir la lucha y resistencia de las comunidades contra los abusos de los finqueros y la utilización de los recursos naturales en beneficio de unos pocos, pues contra una comunidad y sus líderes, sí es posible que el viceministro de Gobernación, Julio Rivera Clavería, y el Jefe del Estado Mayor del Ejército, con cientos de efectivos militares, carros y helicópteros, se hagan presentes y lancen acusaciones y amenazas contra los pobladores.

Hoy, ante la incapacidad de resolver los problemas en el agro, se continúa con la práctica de criminalizar los conflictos sociales y de ponerse a las órdenes de los finqueros. Ese tipo de acciones no las hemos visto ante las amenazas y hechos sangrientos en las Verapaces, ni ante el grupo armado de la empresa Chabil Utzaj, de la familia Widman, responsables de la destrucción y quema de casas y sembradíos, así como de la muerte de varios campesinos en la región del Polochic.

Que fácil es para el viceministro decir que “hay líderes negativos que están relacionados con el narcotráfico, el contrabando y el crimen organizado” y hacer esas mismas acusaciones contra el periodista español Ricardo Busquets, así como de estar manipulando a los campesinos, quienes actuaron por la captura de uno de sus dirigentes. Tal como los señala el Comité de Unidad Campesina, que en este caso se está ocultando la verdad y tergiversando los hechos en beneficio de terratenientes y particulares ya que no se dice nada que Felipe Gutiérrez y miembros de la comunidad El Regadío fueron atacados en noviembre del 2011, por miembros de la seguridad del terrateniente Pedro Brol que pretende apoderarse de un nacimiento de agua para usarlo en la hidroeléctrica Palo Viejo II, operada por la transnacional Enel y que el 13 de febrero pasado, guardias de seguridad de Pedro Brol destruyeron más de 50 manzanas de frijol y maíz.

Lo que hoy sucede nos hace recordar que a finales de los años ochenta, los miembros de Brigadas de Paz Internacional fueron acusados de comunistas y tuvieron que abandonar el país ante el peligro de perder la vida. Hoy no se acusa de guerrilleros ni de comunistas, sino de narcos para justificar la represión y es por ello que el movimiento social debe unir fuerzas y condenar ese tipo de actitudes y declaraciones sin fundamento que hacen las autoridades y que no contribuyen a resolver la problemática agraria.




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